La Justicia avanza en la investigación para determinar qué ocurrió en el brutal siniestro que dejó un fallecido. Otras ocho personas resultaron heridas de gravedad y debieron ser hospitalizadas.
Las autoridades que investigan el accidente ocurrido en la madrugada de este domingo en el río Paraná, en Santa Fe, determinaron que el conductor de la lancha que embistió a otra, provocando la muerte de un hombre de 35 años y dejando varios heridos, seguirá en prisión preventiva hasta la audiencia imputativa que estiman, será, a finales de esta semana.
Tras el accidente, el conductor de “Samira”, la lancha que provocó el siniestro, se escapó del lugar y horas más tarde se presentó ante la sede de Prefectura ubicada en el puerto de Santa Fe junto a su abogado y terminó reconociendo su responsabilidad. De esta manera, según dio a conocer el medio local Aire Digtal, se determinó que el hombre, cuyas iniciales son P.B., deberá permanecer detenido hasta tanto el fiscal del caso reúna las pruebas necesarias para determinar su responsabilidad en el accidente, ante un Juez.
El fatal incidente ocurrió sobre la costa de la Isla La Paciencia, dejando un saldo de ocho personas heridas de gravedad que debieron ser internadas, y un fallecido identificado como Adrián Javier Taborda. La tragedia tuvo lugar minutos después de que concluyera una fiesta llamada Malibú, en el kilómetro 585 del río. Según contó una de las sobrevivientes de la otra embarcación, la lancha viajaba a alta velocidad. “Estábamos regresando al Náutico Sur cuando vimos que venían directo hacia nosotros”, relató. “Mi novio estaba en la punta haciendo señas con una linterna, pero la otra lancha no tenía luces y venía muy rápido, llena de gente”, añadió.
“Lo único que escuchamos fue ‘¡Ese chico, no nos ve…! ¡No nos ve!’. No pudimos esquivarlos. La punta de su lancha pasó por encima de la nuestra, nos agachamos, pero golpearon en el medio. Algunos de ellos cayeron al agua también, pero no se detuvieron. Nos dejaron solos”, contó la testigo.
A través de Emergencias Náuticas y personal de Prefectura Naval Argentina, los tripulantes que fueron embestidos, pudieron ser asistidos y trasladados al Hospital Cullén, debido a las severas consecuencias del impacto. “Nuestra lancha estaba dañada, pero pudimos movernos un poco hasta el Náutico para pedir una ambulancia. Era eso o quedarnos a la deriva”, señaló la mujer en el testimonio que brindó a El Litoral.
Otros sobrevivientes del accidente expresaron su enojo ante la actitud del conductor de “Samira” y sus sentimientos por la pérdida de Adrián. “Era una persona increíble… Estamos devastados. La bronca es enorme, no solo por lo que pasó, sino porque quien nos chocó se dio a la fuga y nunca trató de ayudarnos”, indicaron.
La fiscalía de Flagrancia del Ministerio Público de la Acusación, también solicitó que se realice la autopsia del cuerpo de la víctima fatal, según detalló el portal Aire de Santa Fe. Previamente, había ordenado los correspondientes testeos de alcoholemia y drogas al conductor y el peritaje a la lancha.
Qué se sabe de Malibú, la fiesta que se celebra en el río Paraná
Según relatan los lugareños, el evento, que se realiza en las inmediaciones de Isla La Paciencia, no cuenta con autorización. Conocida como fiesta “Malibú”, “es algo que se corre de boca en boca, como las fiestas clandestinas que hubo en la época de la pandemia. Asisten todos los que tienen lanchas, yates o embarcaciones de paseo, no deportivas. Se juntan en un banco de arena cerca de la Isla La Paciencia, en la desembocadura del canal de acceso sobre el Paraná”, relata un testimonio a El Litoral.
“No hay un organizador declarado ni responsables. Quizás alguien lo impulse, pero todo se maneja en la informalidad. No hay seguros, ni permisos, ni nada que garantice seguridad.”, cuenta la misma persona. A través de las redes, se definen como un “evento deportivo”, y comparten imágenes que muestran varias embarcaciones. El último posteo convocaba a la fiesta ocurrida el sábado 7 de diciembre.
De acuerdo a los testimonios de varios vecinos, el encuentro se realiza de forma espontánea, donde los asistentes llevan sus bebidas, generadores eléctricos, música, luces, para armar la fiesta juntando varias embarcaciones. Sin embargo, los excesos se hacen presentes y señalan que hay lanchas que son conducidas por personas en estado de ebriedad. “No hay controles de alcoholemia ni seguridad de ningún tipo. Es la gente haciendo lo que quiere”, denunciaron los lugareños.(El Litoral)